A/RES/73/1
Declaración política aprobada en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela
4.
Reconocemos que el mundo ha cambiado considerablemente desde la fundación
de las Naciones Unidas y convenimos en que la paz mundial nos sigue eludiendo en
la actualidad. Nosotros, los dirigentes del mundo actual, asumimos más que nunca
una responsabilidad especial por nuestras palabras y acciones al forjar un mundo
liberado del temor y la miseria. Los conflictos nacen de la mente de los seres humanos
y somos nosotros los que podemos encontrar soluciones sostenibles para lograr una
paz duradera, hoy y para las generaciones futuras. Reconocemos la importancia de
hacer frente a las amenazas a la paz y la seguridad mundiales, incluidos los desafíos
a la primacía del multilateralismo.
5.
Reafirmamos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y
la Declaración Universal de Derechos Humanos 1 , que constituyen nuestra visión
común y universal. Al celebrar el 70º aniversario de la Declaración, recordamos su
principio fundacional, según el cual todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros.
6.
Reafirmamos también nuestro compromiso de apoyar la igualdad soberana de
todos los Estados, el respeto de su integridad territorial y su independencia política y
el deber de los Estados Miembros de abstenerse en sus relaciones internacionales de
la amenaza o el uso de la fuerza de cualquier forma incompatible con los propósitos
y principios de las Naciones Unidas, y de apoyar la solución de controversias por
medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho
internacional, el derecho a la libre determinación de los pueblos que siguen bajo
dominación colonial u ocupación extranjera, la no injerencia en los asuntos internos
de los Estados, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el
respeto de la igualdad de derechos de todos sin distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión, la cooperación internacional en la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y el
cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas en virtud de la Carta.
7.
Reconocemos que la paz y la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos
son los pilares del sistema de las Naciones Unidas y los fundamentos de la seguridad
y el bienestar colectivos, y reconocemos que el desarrollo, la paz y la seguridad, y los
derechos humanos están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.
8.
Reafirmamos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible 2 y reconocemos que
la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza
extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito
indispensable para el desarrollo sostenible. Seguimos comprometidos con lograr el
desarrollo sostenible en sus tres dimensiones —económica, social y ambiental— de
forma equilibrada e integrada. El desarrollo sostenible no puede hacerse realidad sin
que haya paz y seguridad, y la paz y la seguridad corren peligro sin el desarrollo
sostenible. Reafirmamos nuestra promesa de asegurar que nadie se quede atrás.
9.
Reconocemos que el respeto de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales
e inalienables de todos los miembros de la familia humana, así como de sus libertade s
fundamentales, es la base de la inclusión, la justicia y la paz en el mundo. Declaramos
que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia representan exactamente lo contrario de los nobles propósitos de las
Naciones Unidas. Reconocemos que la tolerancia de la diversidad cultural, étnica,
racial y religiosa es esencial para que haya una paz duradera, comprensión y amistad
entre los pueblos, las naciones, las civilizaciones, las culturas y las personas. Todos
formamos una única familia humana. Nos comprometemos por tanto a no permitir
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Resolución 217 A (III).
Resolución 70/1.
18-16267