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Informe del Relator Especial sobre cuestiones de
las minorías, Fernand de Varennes
Resumen
En el presente informe, el Relator Especial sobre cuestiones de las minorías,
Fernand de Varennes, ofrece un resumen a modo de cierre de su sexenio al timón de
ese mandato de las Naciones Unidas. En el informe resalta algunos logros y avances
notables, pero también los colosales retos mundiales que existen para promover y
proteger los derechos humanos de las minorías. Además, resume sus visitas a países,
sus comunicaciones y otras actividades relacionadas con su mandato efectuadas
durante el período 2022-2023.
En el segmento temático del presente informe, el Relator Especial analiza la
atención prestada recientemente al lugar que ocupan los derechos humanos de las
minorías en las instituciones, estructuras e iniciativas de las Naciones Unidas, así como
los debates mantenidos y las recomendaciones formuladas respecto a la manera de
hacer frente a la cada vez más frecuente denegación de los derechos de las minorías
en todo el mundo. Expresa preocupación por las repercusiones de ese reconocimiento
y esa defensa tan mediocres de los derechos humanos de las minorías, que influyen de
manera notable en muchas de las principales amenazas que afectan a la paz y la
estabilidad mundiales. El mundo se enfrenta actualmente a las mayores cifras de
conflictos violentos y de desplazados internos desde incluso antes de la Segunda
Guerra Mundial, a tsunamis de discursos de odio y delitos motivados por el odio en un
elevado número de países y a posibles aumentos desmesurados de la cifra mundial de
personas apátridas. En todas esas crisis, las dianas o las víctimas son, de manera
abrumadora, minorías, quienes representan más de las tres cuartas partes de las
personas a las que se ha denegado la ciudadanía y que viven en situación de apatridia.
Como explica el Relator Especial en el presente informe, esa situación puede deberse
en buena medida a que las instituciones ni reconozcan ni ataquen las causas profundas
de muchos de esos fenómenos: los prejuicios, el racismo, la búsqueda de chivos
expiatorios y la intolerancia que vienen aumentando en todo el mundo, a menudo de
la mano de nuevas formas de nacionalismo excluyente. La observancia “a la carta” de
los derechos humanos, omitiendo o pasando por alto los derechos de minorías, socava
los fundamentos mismos de la Carta de las Naciones Unidas y la pretendida
universalidad de los derechos humanos internacionales, 75 años después de que se
proclamara la Declaración Universal de Derechos Humanos, y explica en gran medida
los fracasos en la prevención de conflictos, en la erradicación de la apa tridia y en los
intentos de impedir de algún modo el vertiginoso aumento del discurso de odio, los
delitos motivados por el odio e, incluso, los llamamientos a la violencia y el genocidio.
En noviembre de 2022, en el aniversario de la aprobación de la Declaración sobre
los Derechos de las Personas Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas,
Religiosas y Lingüísticas, el Secretario General declaró lo siguiente: “Treinta años
después, el mundo se está quedando corto. Muy corto. No nos enfrentamos a algunas
deficiencias, sino a la inacción y la negligencia absolutas en la protección de los
derechos de las minorías”. En respuesta a esa afirmación, el Relator Especial ofrece
orientación sobre la manera de proceder ante la “inacción y la negligencia” de la
comunidad internacional, que han contribuido a que el mundo sea más desigual,
inestable y violento, y describe nuevos enfoques frente a las nuevas amenazas y
peligros para las minorías, en especial los que se derivan de la inteligencia artificial.
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