A/RES/62/6
de las instituciones afganas de gobierno, incluso en el nivel subnacional, el
fortalecimiento del estado de derecho, la aceleración de la reforma del sector de la
justicia, el fomento de la reconciliación nacional, sin perjuicio del cumplimiento de
las medidas aprobadas en la resolución 1267 (1999) del Consejo de Seguridad, de
15 de octubre de 1999, y en otras resoluciones pertinentes, y un proceso de justicia
de transición dirigido por los propios afganos, el regreso seguro y voluntario de los
refugiados y desplazados internos afganos en forma ordenada y digna, la promoción
y protección de los derechos humanos, y el impulso del desarrollo económico
y social,
Condenando, en este contexto, los ataques contra nacionales afganos y
extranjeros dedicados a apoyar la consolidación de la paz, la estabilidad y el
desarrollo del Afganistán, en particular el personal de las Naciones Unidas y el
personal diplomático y de entidades humanitarias y de desarrollo nacionales e
internacionales, las fuerzas de seguridad afganas, la Fuerza Internacional de
Asistencia para la Seguridad y la coalición de la Operación Libertad Duradera, y
observando con preocupación que, a causa de la falta de seguridad, algunas
organizaciones han suspendido o restringido sus operaciones humanitarias y de
desarrollo en varias partes del Afganistán,
Reconociendo los avances logrados y, sin embargo, todavía profundamente
preocupada por el problema de los millones de minas terrestres antipersonal y restos
explosivos de guerra, que constituyen un grave peligro para la población y un
importante obstáculo para la reanudación de las actividades económicas y las
iniciativas de recuperación y reconstrucción,
Observando que, pese a los progresos realizados en la consolidación del sector
de la seguridad, el recrudecimiento de los ataques terroristas perpetrados por los
talibanes, Al-Qaida y otros grupos extremistas, sobre todo en el sur y el este del
Afganistán, la falta de seguridad ocasionada por la actividad delictiva, el terrorismo
y la producción y el tráfico ilícitos de drogas, y el nexo cada vez mayor entre el
comercio de drogas y las actividades terroristas de los talibanes, Al-Qaida y otros
grupos extremistas siguen constituyendo un grave problema que amenaza el proceso
democrático, así como la reconstrucción y el desarrollo económico,
Observando también que la responsabilidad de garantizar la seguridad y el
orden público en todo el país incumbe al Gobierno del Afganistán con el apoyo de la
Fuerza Internacional y la coalición de la Operación Libertad Duradera,
reconociendo el progreso institucional realizado en esta esfera y la coordinación
continuada entre la Fuerza Internacional y la coalición, profundamente preocupada
por el reciente recrudecimiento de la violencia y subrayando la importancia de
ampliar aún más la autoridad del Gobierno central, incluida la presencia de fuerzas
de seguridad afganas, en todas las provincias del Afganistán,
Acogiendo con beneplácito que haya concluido el despliegue de la Fuerza
Internacional en todo el Afganistán, y observando, en el contexto del enfoque
amplio, la existencia de sinergias en los objetivos de la Misión de Asistencia de las
Naciones Unidas en el Afganistán y de la Fuerza Internacional,
Encomiando al ejército nacional y la policía nacional del Afganistán, la Fuerza
Internacional y la coalición de la Operación Libertad Duradera por sus esfuerzos
para mejorar las condiciones de seguridad en el Afganistán,
Reconociendo, en este contexto, que es necesario prestar más apoyo al ejército
nacional y la policía nacional del Afganistán para mejorar su capacidad y
profesionalidad, incluso mediante mayor adiestramiento y el suministro de equipo
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