Declaración política de la Tercera Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General
sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles
A/RES/73/2
organizada por los Gobiernos de la Federación de Rusia, Finlandia y el Uruguay y la
Organización Mundial de la Salud en Montevideo del 18 al 20 de octubre de 2017, y
su documento final, titulado “Hoja de ruta de Montevideo 2018-2030 sobre la lucha
contra las enfermedades no transmisibles como prioridad de desarrollo sostenible ”,
como contribución al proceso preparatorio de la tercera reunión de alto nivel , y
recordamos la resolución 71.2 de la Asamblea Mundial de la Salud, de 26 de mayo
de 2018 4;
10. Acogemos con beneplácito el informe de la Comisión Independiente de Alto
Nivel de la Organización Mundial de la Salud sobre Enfermedades No Transmisibles
titulado “Es hora de actuar”, y tomamos nota de sus recomendaciones;
11. Reconocemos que los trastornos mentales y otras afecciones de salud mental,
así como los trastornos neurológicos, contribuyen a la carga mundial que representan
las enfermedades no transmisibles y que las personas que viven con trastornos
mentales y otras afecciones de salud mental pueden ser objeto de estigma y
discriminación y ser más susceptibles de sufrir violaciones y abusos contra sus
derechos humanos y también de estar expuestas a un mayor riesgo de contraer otras
enfermedades no transmisibles y, por lo tanto, de tener mayores tasas de morbilidad
y mortalidad, y que solo la depresión afecta a 300 millones d e personas en todo el
mundo y es la principal causa de discapacidad a nivel mundial;
12. Reconocemos la considerable repercusión de las enfermedades no transmisibles
en los niños, que es motivo de gran preocupación, en particular el aumento de la
obesidad infantil, siendo conscientes de que los niños que tengan la oportunidad de
crecer y desarrollarse en un entorno saludable que responda a sus necesidades,
incluida la lactancia materna, y que a edades tempranas fomente y aliente los
comportamientos y estilos de vida saludables, en particular las opciones dietéticas
saludables y la actividad física regular, y promueva el mantenimiento de un peso sano
puede reducir enormemente el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles en la
edad adulta;
13. Reconocemos la repercusión de las enfermedades no transmisibles en las
personas de edad, que es motivo de particular preocupación dada la proporción cada
vez mayor de personas de edad y reconocemos que esas personas tienen un mayor
riesgo de padecer múltiples enfermedades no transmisibles, lo que constituye un gran
desafío para los sistemas de salud;
14. Reconocemos que la incorporación de una perspectiva de género a la prevención
y el control de las enfermedades no transmisibles es fundamental para comprender y
atender los riesgos para la salud y las necesidades de las mujeres y los hombres de
todas las edades, prestando particular atención a la repercusión de las enfermedades
no transmisibles en las mujeres en todos los entornos;
15. Reafirmamos que recaen en los Gobiernos a todos los niveles el papel y la
responsabilidad primordiales de responder al desafío de las enfermedades no
transmisibles mediante la elaboración de respuestas nacionales adecuadas de carácter
multisectorial para su prevención y control y de promover y proteger el derecho de
toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, y
recalcamos la importancia de aplicar enfoques pangubernamentales y pansociales, así
como enfoques de salud en todas las políticas, enfoques basado s en la equidad y
enfoques del ciclo vital;
16. Reconocemos que otras partes interesadas también comparten la responsabilidad
y pueden contribuir a crear un entorno que propicie la prevención y el control de las
enfermedades no transmisibles, y reconocemos la necesidad de congregar a la
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Véase Organización Mundial de la Salud, documento WHA71/2018/REC/1.
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