A/RES/73/240
Hacia un nuevo orden económico internacional
la Agenda a más tardar en 2030, su reconocimiento de que la erradicación de la
pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor
desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispen sable para el
desarrollo sostenible, su compromiso de lograr el desarrollo sostenible en sus tres
dimensiones —económica, social y ambiental— de forma equilibrada e integrada y
de aprovechar los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y procurar
abordar los asuntos pendientes,
Reafirmando también su resolución 69/313, de 27 de julio de 2015, relativa a la
Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre la
Financiación para el Desarrollo, que es parte integral de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, le sirve de apoyo y complemento, ayuda a contextualizar las
metas relativas a sus medios de implementación con políticas y medidas concretas y
reafirma el resuelto compromiso político de hacer frente al problema de la
financiación y de la creación de un entorno propicio a todos los niveles para el
desarrollo sostenible, en un espíritu de alianza y solidaridad mundiales,
Recordando los resultados de las grandes conferencias y cumbres de las
Naciones Unidas en las esferas económica y social y esferas conexas, incluidos los
objetivos y las metas de desarrollo enunciados en ellos, y reconociendo la vital
importancia que han tenido dichas conferencias y cumbres para dar f orma a una
concepción amplia del desarrollo y acordar objetivos comunes,
Destacando la necesidad de cumplir todos los compromisos contraídos para
financiar el desarrollo, incluidos los enunciados en el Consenso de Monterrey de la
Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo 4, la Declaración
de Doha sobre la Financiación para el Desarrollo: documento final de la Conferencia
Internacional de Seguimiento sobre la Financiación para el Desarrollo Encargada de
Examinar la Aplicación del Consenso de Monterrey 5, la Agenda de Acción de Addis
Abeba y otros documentos finales pertinentes de las grandes conferencias y cumbres
de las Naciones Unidas,
Observando que la arquitectura económica mundial ha acusado problemas
sistémicos que exigen un examen de la gobernanza económica mundial, pidiendo que
se reformen el sistema financiero internacional y las instituciones pertinentes y que
se amplíe y potencie la voz y la participación de los países en desarrollo en los
procesos internacionales de adopción de decisiones y establecimiento de normas en
el ámbito económico y en la gobernanza económica mundial, reconociendo la
importancia de que el Fondo Monetario Internacional continúe teniendo los recursos
adecuados, y apoyando y reiterando su compromiso de continuar reformando la
gobernanza del Fondo y el Banco Mundial para adaptarlos a los cambios de la
economía mundial,
Preocupada por las múltiples crisis mundiales actuales, que están
interrelacionadas y se alimentan entre sí, en particular la crisis fina nciera y económica
mundial, la inestabilidad de los precios de la energía y los productos básicos, la crisis
alimentaria y los problemas que plantea el cambio climático, que tienen repercusiones
negativas en las perspectivas de desarrollo de los países en desarrollo y amenazan con
agrandar aún más las disparidades entre los países desarrollados y los países en
desarrollo, en particular el desfase tecnológico y la diferencia de ingresos, y que
podrían comprometer aún más la consecución de los objetivos de de sarrollo
convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
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Informe de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, Monterrey
(México), 18 a 22 de marzo de 2002 (publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta:
S.02.II.A.7), cap. I, resolución 1, anexo.
Resolución 63/239, anexo.
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