A/RES/76/204
Reducción del riesgo de desastres
“El futuro que queremos” 8, en particular las decisiones relacionadas con la reducción
del riesgo de desastres,
Reafirmando su resolución 70/1, de 25 de septiembre de 2015, titulada
“Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, en la
que adoptó un amplio conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible y metas
universales y transformativos, de gran alcance y centrados en las personas, su
compromiso de trabajar sin descanso a fin de conseguir la plena implementación de
la Agenda a más tardar en 2030, su reconocimiento de que la erradicación de la
pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor
desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el
desarrollo sostenible, y su compromiso de lograr el desarrollo sostenible en sus tres
dimensiones —económica, social y ambiental— de forma equilibrada e integrada y
de que se aprovecharán los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y se
procurará abordar los asuntos pendientes,
Reafirmando también su resolución 69/313, de 27 de julio de 2015, relativa a
la Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre
la Financiación para el Desarrollo, que es parte integral de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, le sirve de apoyo y complemento, ayuda a contextualizar las
metas relativas a sus medios de implementación con políticas y medidas concretas y
reafirma el resuelto compromiso político de hacer frente al problema de la
financiación y de la creación de un entorno propicio a todos los niveles para el
desarrollo sostenible, en un espíritu de alianza y solidaridad mundiales,
Reafirmando además la Nueva Agenda Urbana, aprobada en la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible
(Hábitat III), que se celebró en Quito del 17 al 20 de octubre de 2016 9, y reconociendo
los vínculos existentes entre la reducción del riesgo de desastres y el desarrollo urbano
sostenible,
Reconociendo la necesidad de que se adopte un enfoque preventivo más amplio
y más centrado en las personas ante el riesgo de desastres y que, para ser eficientes y
eficaces, las prácticas para la reducción del riesgo de desastres deben ser
multirriesgos y multisectoriales, inclusivas y accesibles,
Reiterando el llamamiento hecho en el Marco de Sendái a que se logre una
reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por los
desastres, tanto en vidas, medios de subsistencia y salud como en bienes económicos,
físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las
comunidades y los países,
Expresando su profunda preocupación por el número y la escala de los desastres
que han tenido lugar este año y en los últimos años y por sus devastador es efectos,
como el fallecimiento de innumerables personas, la inseguridad alimentaria, las
dificultades relacionadas con el agua, el desplazamiento, las necesidades
humanitarias y las consecuencias económicas, sociales y ambientales adversas a largo
plazo en las sociedades vulnerables de todo el mundo, que obstaculizan el logro de su
desarrollo sostenible, en particular el de los países en desarrollo,
Reconociendo que el riesgo de desastres es cada vez más complejo y sistémico
y que unos peligros pueden desencadenar otros y tener efectos en cascada en distintos
sectores y zonas geográficas, así como en los planos local, nacional, regional y
mundial, y que al concebir políticas e inversiones relacionadas con el desarrollo deben
tenerse en cuenta la interrelación de los riesgos de múltiples dimensiones y escalas y
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Resolución 66/288, anexo.
Resolución 71/256, anexo.
21-19253